sábado, 12 de julio de 2008

SOBRE EL PARO DEL 9 DE JULIO: REFLEXIONES OPORTUNAS

El paro nacional del 9 de julio tiene muchas lecturas importantes que es necesario seguirlas trabajando para comprenderlo en toda su magnitud y, en relación a ello, comprender el estado de ánimo de la población, su disposición a la lucha y posibilidades de éxito que, al fin de cuentas, es lo más importante.

(1) Las razones por las que la gente se ha movilizado y ha parado el 9 de julio, además de las oficial y formalmente acordadas por las organizaciones participantes, han sido muchas y diversas. Prácticamente cada colectivo social, sectorial o territorial, ha tenido sus propias demandas, específicas y concretas a su situación particular, como es el caso de los maestros, los jubilados, los transportistas, las comunidades campesinas, los obreros mineros, los estudiantes universitarios y otros más; lo que evidencia objetivamente el acentuado proceso de fragmentación social que experimenta el país como parte de un fenómeno social más amplio de ruptura del tejido social, que el mundo vive, en la etapa actual de globalización capitalista. La variedad y especificidad de las demandas populares indican simplemente que la plataforma de vida económica, social, cultural y política de los sujetos sociales se está modificando acelerada y raigalmente en el sentido de su mayor diferenciación, así como se están modificando los propios sujetos sociales en su modo de viva, concepción, intereses y psicología.

(2) La dinámica sociopopular ha transcurrido por dos espacios fundamentales: uno institucional y organizado y otro laxo, difuso y no organizado pero igualmente importante en la evaluación de una acción social de protesta. El espacio institucional y organizado corresponde a la población laboral que tiene ámbitos definidos, públicos y privados, de desenvolvimiento laboral y está organizada gremialmente; mientras que el espacio laxo y difuso es el espacio más amplio de la población en general, cuya actividad económica es autónoma o que, dependiendo de alguien, no tiene la posibilidad de parar por múltiples razones, o que simplemente no es quien provee los recursos necesarios para la sobrevivencia del hogar como es el caso de las amas de casa y los hijos que estudian. Si en el primer espacio el indicador del descontento, de la rabia y del rechazo a la política del actual gobierno, es el paro y la movilización misma; en el segundo es más bien el pensamiento de la gente, sus temores y rechazos vivenciados en lo más profundo de su dimensión subjetiva que se manifiestan, por ejemplo, en las encuestas de opinión pública, aquellas encuestas donde los actuales gobernantes y en especial el Primer Mandatario, aparecen con una aceptación social en caída libre.

El "capitalismo tardío" ( que es otra forma de referirse a la globalización) en consecuencia ha acercado y cruzado espacios sociales que en la modernidad se constituyeron como diferentes y separados: el espacio de lo público y lo privado, así como de la política y la no política, a partir del momento en que lo privado es invadido por lo público y la no política empieza a ser también una forma y quizás la más importante de hacer política. Siendo así el marco de la "confrontación social" resulta ser más extendido y complejo como más extendidos y complejos deben ser los procesos de su comprensión y explicación, tomando en cuenta múltiples indicadores para una evaluación de coyuntura y decisiones de "gestión" política tanto en lo macro como micro social.

(3) La pluralización y complejización del tejido social obliga a los liderazgos a una necesaria reconsideración conceptual y práctica de las formas de organización social que, por ejemplo, de ser específicamente laborales deben adoptar ahora una connotación más popular, porque los actores sociales representados no son hoy los mismos de ayer. Y la prueba más importante ello es que la convocatoria de la CGTP ha tenido recepción no sólo en los tradicionales sectores laborales organizados y afiliados, sino en un público mucho más grande y extendido a lo largo del territorio nacional que ha encontrado en el paro una forma declarada o silenciosa de hacer ver su descontento.

(4) La dinámica territorial del descontento social es más fuerte, en estos momentos, que la dinámica sectorial, porque es la más adecuada para agrupar, hacer coincidir y dar forma de protesta a la diversidad y pluralidad de factores sociales desplegados en las regiones, provincias y distritos, especialmente en las llamadas "provincias del interior" que, en este paro, han demostrado una fortaleza excepcional en razón a que son los ámbitos más golpeados por la crisis del sistema, más desatendidos por la política de continuismo neoliberal del gobierno aprista y más desfavorecidos históricamente por el centralismo capitalisno.

(5) La clase política en el poder del Estado no ha cambiado en absoluto sus convicciones, esquemas mentales y prácticas políticas para enfrentar situaciones de conflicto como la de un paro nacional, lo que demuestra que la clase criolla gobernante está llegando, una vez más, tarde a la historia nacional y mundial no sólo en la esfera de la economía sino, igualmente, en la esfera de las ideas, del pensamiento y las conceptualizaciones. Las reacciones, estilos, consignas y maniobras del gobierno aprista han sido prácticamente una copia al carbón de prácticas similares utilizadas por los gobiernos de derecha anteriores en nuestra vida republicana, y de sus propias prácticas partidarias de una bufalería arrogante y matonesca acostumbrada a disolver protestas populares a punta de manopla y cadena.
Texto que puede ser reproducido citando la fuente.
LUIS VILCATOMA SALAS
ANALISIS SOBRE EDUCACION CULTURA Y POLITICA

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martes, 8 de julio de 2008

SOBRE LAS DISCULPAS DEL GENERAL RENDIDO EN EL “MOQUEGUAZO” Y ALGO MÁS

Luis Vilcatoma Salas

Las disculpas ofrecidas por el General Alberto Jordán a las encrespadas masas populares el día de su captura, junto a 62 policías, en Moquegua, continúan rebotando laceradamente en los oídos y la mente de la variopinta derecha cerril acostumbrada a ver al país desde sus cómodas oficinas en la ciudad de Lima.

El ofrecer disculpas o pedir perdón es una actitud absolutamente negada en el libreto de la formación y desenvolvimiento de un militar, más aún si es General, desde que la humanidad empieza a organizar grupos de gente disciplinada y armada para combatir la “indisciplina” social y garantizar el orden más conveniente a las clases propietarias dueñas y beneficiarias del aparato estatal. Su base axiológica está en la valentía (que según Aristóteles es el punto medio entre la temeridad y la cobardía) que no se ha modificado hasta el momento, a pesar de que en lo general de la sociedad el fundamento axiológico ha experimentado sucesivas y repetidas modificaciones traducidas en el leiv motiv que mueve la conducta de los individuos y explica los actos de las colectividades. ¿Cuál es la razón de este hecho?. Algunas hipótesis que se pueden ensayar sobre el particular son las siguientes: a) el “aparato militar”, que es el más decisivo “aparato” de la “sociedad política” del Estado, se halla protegido por una compleja serie de mediaciones culturales e ideológicas, que impiden o hacen muy difícil la revisión o alteración de su programa ideológico esencial donde, por ejemplo, la obediencia “ciega” al superior , la resistencia al dolor y el sufrimiento, el espíritu de cuerpo y la disposición a morir, entre otros, constituyen la marca ideológica castrense más resaltante de todos los ejércitos que la historia puede ofrecernos hasta el momento, sin distinción de banderías políticas; y b) la concepción que las clases gobernantes tienen sobre el “aparato” militar es precisamente eso, de un “aparato” sin nervios, cerebro, sustos y veleidades afectivas, con hombres robots programados únicamente para reprimir físicamente y, cuando sea necesario, eliminar físicamente al “enemigo”. Es la clásica concepción del militar “gorila” que los grupos de poder, nacionales y extranjeros, han cultivado pacientemente tras la desconfianza absoluta en la organización y demandas sociales; el temor cerval a las potencialidades disruptivas de los “olvidados y marginados”; el pánico a la otredad clasista cuando se autoasume críticamente con libertad y dignidad; y el terror al levantamiento de nuevos espartacos en el esclavizado mundo social moderno. Por todo ello, entonces, por todos estos temores, soponcios, pánicos y terrores de quienes se ahogan en la abundancia, el código ideológico del cuerpo militar es absolutamente irrevisable. Lo “gorila”, que grafica esta concepción, en consecuencia, es el efecto en la personalidad militar y no la causa. La causa, raíz u origen se encuentra no en el propio “cuerpo militar” constituído por hombres y mujeres de carne y hueso, con sentimientos y afectividades, como cualquier mortal, sino en el “cuerpo civil” compuesto por sujetos sociales que, respecto a los demás sujetos sociales, tienen un privilegio y una ventaja: el privilegio de la riqueza económica y la ventaja, en correlación, del poder político.

Si la primera hipótesis nos dice que las cosas se pueden cambiar pero es difícil, en tanto que la segunda nos dice que no se quiere cambiar, nos encontramos ante una realidad compleja y dura, a pesar de que los nuevos vientos que el mundo actual experimenta nos dicen que no hay nada absoluto, nada irrevisable y nada incambiable incluso, como en este caso, el sentido y la lógica de lo militar y policial. Si algo está cambiando para un mejor social en las relaciones de los gobernantes con los gobernados, en el mundo del capitalismo posmoderno, ello parece no impresionar la sensibilidad auditiva de nuestros gobernantes, como los de ahora, para quienes las únicas relaciones legítimas son con los “poderes fácticos” (económicos, políticos, religiosos y militares) del país y el extranjero, o de los dos simbiotizados en esa extraña mezcla de intereses que nos está trayendo la globalización y el neoliberalismo.

Las “disculpas” del General Jordán al pueblo de Moquegua, en consecuencia, han tenido el mérito, dentro de otros, de poner al trasluz la “caja cerrada” y prohibida a la civilidad de la racionalidad castrence y, en cierto modo de abrirla, para escándalo, vocinglería, chillidos, rasgadas de vestidura y “tierra en el lomo”, hasta del propio Presidente de la República que no ha escatimado denuestos y medidas disciplinarias sobre el militar “rendido” porque, a mi modesto entender, se está actuando particularmente con la segunda de las hipótesis señaladas. Sin embargo, como la realidad es más dura que las subjetividades de cualquier sujeto, así sea Presidente, no están lejanas más disculpas por acciones impropias de militares avasallados por la emergencia social, pero especialmente avasallados por sus propios errores y de quienes los mandan como, en este caso, un Ministro del Interior absolutamente “fronterizo” en cuanto a su capacidad para dirigir y continuar dirigiendo un Ministerio tan delicado como el señalado.

Las “disculpas”, en sí, pergueñan una racionalidad diferente en la relación “sociedad política”-“sociedad civil” que si los obtusos conductores del país no están viendo, la población hiperinteligente sí la están viendo o por lo menos intuyendo en el sentido de un nuevo tipo de militar y policía: dialogante, receptivo, comunicable y, por qué no, también contribuyente en la solución de las dificultades, y no el robokob que Alan García desea. Las múltiples muestras de afecto social que el general Jordán ha venido recibiendo en su despedida como Jefe de la XI Dirección Territorial Policial son, quizás, la mejor demostración de ello.
Texto que puede ser reproducido citando la fuente.
LUIS VILCATOMA SALAS
ANALISIS SOBRE EDUCACION CULTURA Y POLITICA
http://luisvilcatomasalas.blogspot.com/
lufrevisa50@yahoo.es

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lunes, 7 de julio de 2008

VLADIMIRO: ARROGANCIA, CINISMO, PREPOTENCIA Y MUCHAS COSAS MÁS

Luis F. Vilcatoma Salas
La semana que concluye es pródiga en acontecimientos (Resolución N. 013-2008 del Ejecutivo que confisca el canon de las regiones, universitarios samarquinos que se enfrentan a la prepotencia del alcalde, Putis, liberación de Ingrid Betancourt, etc.) que, por igual, merecerían comentarios muchos y de diferentes matices, sin embargo todavía centellea en nuestras pupilas la presentación, en calidad de testigo en el juicio del nissei Fujimori, de su ex_asesor Montesinos que, por la forma en que se ha dado, obliga a una necesaria respuesta. Y digo respuesta porque personalmente, como seguramente le ha sucedido a muchos peruanos, me he sentido asqueado en lo más recóndito de mi sensibilidad individual por el “vómito negro” de este impresentable sujeto.
La arrogancia, cinismo y prepotencia de este personaje ante un fiscal, por lo demás, timorato y vacilante en muchas de sus preguntas, me ha llevado a pensar que Montesinos se ha burlado y ha sido ofensivo no sólo con los vocales supremos que ven su causa, sino con todo el país de gente digna, decente, honrada y que sinceramente cree todavía en la justicia nacional. Cada escupitajo de mugroso desparpajo lanzado por este, moralmente maloliente, corrupto sujeto ha sido un golpe, no esperado, en la cara a los millones de peruanos que, más allá de las pruebas escritas con firmas, sellos, testigos y cuadernos de cargo, exigidos por el abogado de Fujimori: César Nakazaqui, estamos absolutamente convencidos del gigantesco latrocinio perpetrado por la banda delincuencial aupada en el poder desde el famoso autogolpe del 5 de abril, contra el erario nacional, y del homicidio de miles de connacionales, tras su doctrina de “guerra de baja intensidad”, que tiene en los casos de Barrios Altos y La Cantuta sus manifestaciones más significativas. Cada mueca senil y guiño de complicidad con el “hermano siamés”, sentado al frente suyo y de pronto vuelto a la realidad luego de largos periodos de somnolencia, ha sido la maniobra aquella de la mano cerrada con el dedo medio hacia arriba, como seguramente era el dedo burlesco que esgrimía todas las veces que compraba conciencias con fajos de billetes, y filmación subrepticia de por medio, en la salida aquella de muebles encuerados; cuando arrebató lo último de pudor y aparente virginidad, con dinero contante y sonante, a una clase propietaria falsamente nacional, parasitaria y moralmente vil, acostumbrada a vivir gracias a las arcas y protección del Estado, y excrementó hasta la coronilla a una clase política (si se puede llamar todavía “clase política” a una cuadrilla de fronterisos ganapanes, con el perdón de singulares casos de excepción), prohijada en los más obscuros barracones de la política de última categoría, siempre dispuesta a venderse en cuerpo y alma al mejor postor. Cada soplo alitosiento de mentiras o medias verdades, de este personaje, ha sido una ofensa a la memoria colectiva de quienes sabemos hasta el cansancio, sobre las atrocidades de esta figura negra del manejo político nacional. Cada exudación narcisista de ridículo enciclopedismo, falso, tribial, tinterillesco y anacrónico, con olor a cebo de culebra de aquel ofrecido por avivatos mercachifles a mentes incautas, no ha sido sino el punto alto del paroxismo esquizofrénico de un sujeto que se siente perdido pero que, en su perdición, tiene la fantasía de seguir mandando y disponiendo como en los años aquellos de matrimonial felicidad palaciega con su alter ego. Y al final, luego del ventarrón pútrido de sandeces y descalificaciones por anticipado y repetidas limpiezas a su amo, cuando el pillo dice, por decisión propia, que no declarará más, optando por la retirada cobarde, sus nerviosas y exitadas palabras han sonado como el portazo en la cara como de quien no quiere recibirnos en su casa; o de quien luego de insultarnos simplemente nos larga, dejándonos con la palabra en la boca. El pillo que se cree dueño del escenario, que puede decidir por propia voluntad cuándo declarar y cuándo no; qué, cómo y cuánto decir, y a quién embarrar o no; y lanzar la impresión con amenaza subliminal añadida de que puede seguir embarrando con ventilador a medio mundo, nos deja plantados con el sabor amargo en la boca de no haberle podido decir lo que los vocales y el fiscal han debido de decirle, o de “pararle los machos” como bien reza aquel sabio y sano consejo popular.
Que detrás de esta parodia de testigo judicial y otras parodias más que seguramente vendrán, con el auspicio y complicidad mediática de los grandes intereses en los medios de comunicación, hay algo planificado por el fujimorismo sobreviviente, no hay duda alguna, como un componente importante de la pasada de escoba y basurero al desempeño autoritario y corrupto de Fujimori, en su calidad de Presidente del país, y, por allí, desbrozar el camino para una alucinante tentativa de retomar el poder el 2011a través de algún integrante de la panaca fujimorista que, según todos los indicios, sería Keiko Fujimori. De manera tal que, en esta hipótesis, queda abierto el desagüe de los “perdones” presidenciales y cuanta figura legal se pueda engendrar en las mentes desorbitadas de los angurrientos de poder, para dejar en libertad y librar de toda sospecha a la pandilla de asaltantes del Estado, empezando por el jefe mayor.
En consecuencia, algo muy importante que todavía está pendiente en los predios de la sociedad civil, es el deslinde ideológico, cultural y político con todo lo que ha significado la época del fujimorismo, enriqueciendo la memoria colectiva para sacar las experiencias necesarias del pasado y mejorar la calidad ciudadana en nuestro país. Es la más profunda autoconciencia de nuestras propias equivocaciones, que permitieron este engendro terrible de gobierno neoliberal sin ética ni moral sanas, de violación de los derechos humanos, de entreguismo y corrupción virulenta que, desgraciadamente, quienes han sucedido en la gestión gubernamental, hasta ahora, se han mostrado y se muestran reacios a cortar el cordón umbilical que los une con tan enrarecido pasado.
Sorprende, por lo demás, el silencio presidencial ante estos hechos que sublevan la conciencia popular. Locuaz en otras oportunidades, rezongón y molesto como, sin ir muy lejos, con quienes conducen la protesta social del 9 de julio, con los presidentes regionales que no son de su agrado, y hasta con el Presidente de la hermana República de Bolivia Evo Morales, ha callado extrañamente en cien idiomas ante las agresiones públicas del ex_asesor fujimorista.

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DESARROLLO AGROPECUARIO DE LA REGIÓN Y LA IMPORTANCIA DEL CAPITAL SOCIAL

Dr. LUIS F. VILCATOMA SALAS

La literatura económica de los años recientes es bastante proficua en los temas de “capital humano” y muy poco de “capital social” , sesgada, quizás, por la ontología neoliberal que lleva a pensar más en individuos que en colectividades, en unidades parciales que en totalidades. Sin embargo, mejor vistas las cosas, el desarrollo como una propuesta integral, descentralizada, democrática y sostenible, no será una realidad si es que no se piensa en el entramado social y la enorme potencialidad que allí anida para reflexionar y actuar como agentes de cambio de esta gran región llamada Puno.

CONTEXTO

Un breve resumen de la problemática que, para el efecto, nos interesa, permite determinar lo siguiente en materia de desarrollo del país:

Los gobiernos sucesivos, hasta el momento, orientados por una perversa práctica neoliberal, no han podido articular una respuesta creíble y viable que permita resolver cuestiones fundamentales para el desarrollo del país, como es el caso de la pobreza, la marginación, la exclusión, la mala distribución del ingreso, y los múltiples desequilibrios en el mundo del trabajo, etc. En consecuencia, los resultados que se tienen son escasamente edificantes en las acciones de desarrollo, conduciendo ello a la necesidad de diseños institucionales que respalden la capacidad de los pobres para organizarse y movilizar recursos a partir de sus propias potencialidades.

Hay una persistente crisis de legitimidad que afecta el comportamiento de las instituciones y del propio Estado, abriendo espacios para el descontento social, la incredulidad y la irrupción popular en las calles y plazas como una forma eficaz de obtener atención a las demandas.

La sociedad civil popular (gremios, asociaciones, comunidades) tiene progresivamente, en los últimos años, una mayor importancia en el planteamiento de alternativas y la búsqueda de soluciones.

Consiguientemente, se necesita de nuevos conceptos e instrumentos que ayuden a mejorar las posibilidades de nuestro desarrollo, desde la perspectiva regional y local, institucional y social e individual y colectiva, construyendo creativamente, unos, y apropiándonos o reapropiándonos de otros, como los de capital productivo, humano, natural y social, de indudable importancia para un desarrollo sostenible, descentralizado y democrático, como es el desarrollo al que históricamente aspiramos, donde EL AGRO REGIONAL ocupa un puesto relevante para la alimentación de la población regional.

CONDICIONES DELA ACTIVIDAD AGROPECUARIA REGIONAL

La actividad agropecuaria regional se ve afectada por los siguientes factores, que es necesario tener en cuenta para pensar seriamente en el desarrollo de Puno (Plan Estratégico Regional del Sector Agrario 2005-2015):

a) Bajos índices de productividad y rentabilidad.
b) Débil organización empresarial de los productores.
c) Escasez de líderes agrarios con visión empresarial.
d) Débil integración y concertación entre instituciones públicas-privadas y organizaciones de productores.
e) Débil articulación en los procesos de producción, procesamiento y comercialización de los productos agropecuarios, en las cadenas productivas.
f) Insuficientes e inadecuados programas de capacitación y asistencia técnica a los productores agrarios.
g) Escasa información sobre identificación de mercados.
h) Escasa investigación y difusión agraria de interés de los productores.

EL CAPITAL SOCIAL COMO FACTOR DE DESARROLLO

Algunas definiciones sobre capital social que nos pueden ayudar a entender mejor su naturaleza e importancia, son las siguientes:

El capital social es entendido como la capacidad de acción colectiva que se incrementa con su uso. Puede ser severamente afectada por la violencia, la agresión y la delincuencia (Albert Hirchman).

Capacidad de las personas para trabajar en grupos, en base a un conjunto de normas y valores compartidos (James Coleman).

Confianza presente en los diversos actores sociales, el grado de asociatividad prevaleciente entre los mismos y el respeto a las normas de comportamiento cívico (Robert Putnam).

Normas y valores compartidos que promueven la confianza y la cooperación social: confianza interpersonal, la asociatividad, la conciencia cívica, la ética y los valores autóctonos predominantes en una sociedad (Francis Fukuyama).

Confianza interpersonal, capacidad de asociatividad, conciencia cívica, ética (Bernardo Kliksberg).

Deduciéndose, de todo ello, que el capital social implica, como aspectos importantes de su composición, la acción colectiva, el trabajo en grupos, la confianza, las normas compartidas y la confianza interpersonal, como los factores de singular importancia para el desarrollo personal y comunal, así como para el emprendimiento de acciones que conduzcan al desarrollo institucional y social. La extrema orientación hacia el individualismo del neoliberalismo, está conduciendo a la fragmentación social, el desapego social y la confrontación suicida, por lo que, ya sea en la perspectiva de remozar el proyecto capitalista o de trabajar por su superación antisistémica del mismo, el capital social es un factor de desarrollo importante que puede contribuir en tres ámbitos: reduciendo los costos de transacción, producción de bienes públicos y facilitando la constitución de organizaciones de gestión y de sociedades civiles estables (Durston: 2000).

Teniendo en cuenta que la región de Puno, por consideraciones de vocación productiva y social, tiene en la actividad agropecuaria su eje más importante para la acumulación económica regional, el desarrollo del capital social como una estrategia para el desarrollo global constituye un requisito de primer orden. La población estimada de la región de Puno es de 1’313,571 (4.7% del territorio nacional), con una tasa anual de crecimiento de 1.3%; donde el 51.0% es población rural, asentada en diferentes zonas naturales (agro ecológica circunlacustre, agro ecológica suni (baja y alta), puna (húmeda y seca), janca o cordillera, selava alta o rupa-rupa y selva baja u omagua, con grave tendencia a la desarticulación que tiene que ver con el aparato productivo impuesto históricamente, y el tratamiento inequitativo que, tradicionalmente, ha dado el centralismo capitalino a las provincias del interior, dejándonos en la condición de “espacio mercantil” (Efraín Gonzáles de Olarte), por lo que la reversión de este proceso implica la creación y fortalecimiento social de capacidades articulatorias y de asociatividad garantizadas por un buen trabajo en el terreno del “capital social” . El mejoramiento de la organización de carácter empresarial de los productores; la mayor integración y concertación entre instituciones públicas y privadas, comprometidas con el desarrollo agropecuario; la integración parcelaria de las tierras en la zona circunlacustre; la articulación en los procesos de producción, procesamiento y comercialización en las cadenas productivas; el mejoramiento en la información sobre identificación de mercados; la elevación en la calidad de la gestión, manejo y uso de los recursos hídricos, praderas naturales y medio ambiente; el mejoramiento en la calidad y uniformidad de los productos agropecuarios; el mayor conocimiento de las prácticas agropecuarias y de manufactura para la producción; y el desarrollo de la investigación y difusión de conocimientos en materia agropecuaria, entre otros, tendrán indudablemente un impulso mayor con un adecuado tratamiento del “capital social” en la región de Puno.

Además, en esta necesidad, no se puede olvidar que hay una experiencia colectiva de siglos desarrollada en nuestra sociedad y cultura andinas, de nuestras comunidades campesinas, que, en lo que se podría denominar como una suerte de “capital social andino popular”, traducido en un conjunto de prácticas sociales (reciprocidad andina, faenas comunales) que han permitido la reproducción social y vigencia del mundo andino, debe pasar a constituir un componente fundamental de una propuesta de “capital social”, desde el enfoque regional, para el desarrollo de la actividad agropecuaria.

FACTORES QUE INCIDEN EN LA CONSTRUCCIÓN DE CAPITAL SOCIAL

Existen diferentes factores que inciden o pueden incidir en la construcción de “capital social”. Algunos de los más importantes, especialmente por su incidencia en nuestro medio, son los siguientes:

a) LA EDUCACIÓN FORMAL.- El capital social surge de la capacidad del ser humano para pensar y actuar generosamente y realizar acciones asociativas, lo que implica una cultura y una disposición promovida y desarrollada sólo mediante un proceso educativo sistemático, formal y permanente que, en cuanto al desarrollo de la actividad agropecuaria andina, requiere traducirse en los términos de una educación bilingüe intercultural. El reto, entonces, es cómo desde la educación bilingüe intercultural se pueden impulsar procesos formativos en “capital social” adecuado a las circunstancias y necesidades productivas y socioculturales del mundo andino.

b) EL ESTADO.- Desde esta perspectiva, el Estado debe favorecer el desarrollo de un clima de confianza social superando, en la práctica, todo burocratismo y ausencia de sensibilidad social que, a no dudarlo, ha contribuido a la pérdida de confianza de la población en las posibilidades de acción de las instituciones públicas.

c) LA DESIGUALDAD EN LA DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y DE LAS OPORTUNIDADES.- Porque la desigual distribución de recursos posibilita que sólo determinados grupos sociales tengan la oportunidad de acceder a mejores niveles en el desarrollo de su “capital social”. La pobreza, así, constituye una de las mayores limitaciones en la constitución de “capital social” en las regiones con menor nivel de desarrollo del país.
d) LAS MIGRACIONES.- Que desarticulan las redes de relaciones sociales existentes en los poblados, distritos y provincias de la región, obligando a una permanente reactualización y reaprendizaje en los grupos cuya experiencia va en este sentido.

ALGUNAS ALTERNATIVAS IMPORTANTES PARA EL DESARROLLO DEL “CAPITAL SOCIAL” EN LA REGIÓN DE PUNO

a) Profundizar en el tema del “capital social”, para identificar estrategias que promuevan el fortalecimiento y expansión de la sociedad civil regional.
b) Fortalecimiento de las Universidades de la Región, en cuanto a la investigación básica y aplicada que permita generar un conocimiento pertinente a las necesidades de crecimiento especialmente de micro y pequeños empresarios del medio.
c) Desarrollar programas de educación permanente de la población, con la concurrencia de diferentes instituciones públicas y privadas del medio regional.
d) Coordinación de esfuerzos de los actores del desarrollo regional (Gob. Regional, Municipios, Universidades, organizaciones empresariales, etc.), en cuanto a iniciativas para el desarrollo local y regional.
e) Impulso a políticas de promoción del enfoque de Capital Social, orientadas a la capacitación teórica y metodológica en esta temática.

CLAVES BIBLIOGRÁFICAS

1. Atria, Raúl (2002), “Capital social: concepto, dimensiones y estrategias para su desarrollo”. Santiago de Chile, División de Desarrollo Social, Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
2. Bahamondes, Miguel (2001), “Evaluación y fortalecimiento del capital social en comunidades campesinas”, informa final de consultoría CEPAL/INDAP/IICA para el proyecto “Aporte del capital social campesino a la superación de la pobreza rural”.
3. Durston, Jhon (2000): “Qué es el capital social comunitario?”, Serie Políticas Sociales N. 38, CEPAL, Santiago de Chile.
4. Klisberg, Bernardo, (2001) “El capital social. Dimensión olvidada del desarrollo”. Caracas, Venezuela. Universidad Metropolitana. Edit. Panapo.
5. Moreno León, José (2004), “El capital social: nueva visión del desarrollo”. Centro de Estudios Latinomericanos. Universidad Metropolitana, Venezuela.
6. Ministerio de Agricultura/Puno, Plan Estratégico Regional del Sector Agrario 2005-2015.
7. Solo de Zaldívar, Víctor Bretón, “Capital social, etnicidad y desarrollo: algunas consideraciones críticas desde los andes ecuatorianos”. Texto que desarrolla algunas de las conclusiones del libro del autor “Cooperación al desarrollo y demandas étnicas en los Andes ecuatorianos. Ensayos sobre indigenismo, desarrollo rural y neoindigenismo, publicado en FLACSO/ sede Ecuador (Quito, 2002).
8. Tanaka, Martín (2001), “Participación popular en políticas sociales: cuándo puede ser democrática y eficiente, y cuándo todo lo contrario”. IEP. L.ima.
9. Valdivieso, Patricio (2003), “Capital social, crisis de la democracia y educación ciudadana: la experiencia chilena”. Revista Sociología Política, Curitiba.


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