martes, 2 de diciembre de 2008

LA UNIVERSIDAD PERUANA: DILEMAS IDEOLÓGICOS Y NECESIDAD DE CAMBIO

Art. publicado en la revista Economía al Día. Actualidad y Análisis Económico y Social enero/febrero Arequipa, 2008
Decir que la universidad peruana, como tantas otras instituciones en nuestro país, está en crisis ya es una cosa de perogrullo. El desafío es ir más allá de esta calificación para tratar de encontrar explicaciones más profundas y basamentar en ello algunas salidas importantes que permitan alternativas a la crisis y una reubicación crítico-desafiante, consiguiente, de la universidad en las nuevas coordenadas sociopolíticas que nos plantea el mundo actual de la globalización capitalista y el neoliberalismo exacerbado.

Antecedentes del problema

Históricamente la universidad en el Perú se configura bajo el paradigma ideológico de una universidad “al servicio del pueblo” y, por ende, de todo planteamiento programático disruptivo con el statu quo, el conservadurismo y el inmovilismo social y político. LA REFORMA UNIVERSITARIA que se inicia a comienzos del siglo anterior y continúa, prácticamente, con idas y venidas, a todo lo largo de ese siglo, adquirió, en ese sentido, el signo vital del “cambio revolucionario” inyectado por la triunfante y motivadora “revolución bolchevique” , “la revolución cubana”, “la revolución china” y una serie de acontecimientos renovadores trascendentales que experimenta el mundo capitalista desarrollado y “subdesarrollado”, atrasado y dependiente de ese entonces, facilitando utopías de cambio y sueños de rebeldía a un movimiento universitario enraizado en la más ortodoxa tradición de izquierda latinoamericana.

Una universidad, así, es una universidad que se autopercibe, asume y reclama como una “UNIVERSIDAD PÚBLICA”, financiada por el Estado, gratuita, al servicio de las mayorías sociales y con compromisos históricos con los ideales de cambio, aunque estos compromisos si bien es cierto que, en lo inmediato, adquirieron barruntos de viabilidad en la organización y gestión institucional con los famosos principios de la reforma: cátedra libre, cátedra paralela, autonomía universitaria y cogobierno, no sucedió lo mismo con la MÉDULA ACADÉMICO-RACIONAL que justifica y legitima, en última instancia, la existencia misma de la universidad (su razón de ser) que, en lo general, permaneció intocada con el correr de los años, librada al doctrinarismo esquemático y epidérmico de una ideología “marxista” causal-positivista incapaz de penetrar y reordenar el sentido común de la gente tras una hegemonía cultural, ideológica y política alternativa; o en todo caso librada, más bien, al marasmo intelectual de la ideología oficial conservadora muy cercana a los intereses de las clases propietarias tradicionales “mercantilistas” aupadas en el poder del Estado que, a pesar de la revulsión producida por la reforma universitaria, mantenía indudable presencia en la cátedra universitaria tras los contrafuertes filosóficos bergsonianos, utilitaristas y pragmatistas y weberianos.

LA OFENSIVA NEOLIBERAL que se produce a partir de los años 80 en nuestro país, y se agudiza en los aciagos años 90 del siglo anterior, con el gobierno de Fujimori, introduce nuevos elementos en la modificación del comportamiento institucional universitario. El DISCURSO IDEOLÓGICO MANIFESTANTE de los actores sociales universitarios comienza a perder credibilidad, audiencia y eficacia en la organización del “habitus” (Bordieu) y el comportamiento social universitario, como resultado de una disolución de los códigos de entendimiento entre la universidad y el medio social, especialmente con aquellas franjas sociales más auditivas al discurso contrastante y radical de la intelectualidad universitaria y “orgánica” en general; al mismo tiempo que NUEVAS PRÁCTICAS INSTITUCIONALES EMERGEN, condicionadas por las limitaciones económicas impuestas por la dominación política o de mutuo proprio, en el sentido de buscar nuevas fuentes de ingreso económico que suplieran las exigüedades del Tesoro Público o que le permitieran a la universidad pública una “mayor autonomía presupuestal” con mayores posibilidades de acción para su crecimiento endógeno.

Esta tendencia encuentra un impulso crucial con la apertura formal del gobierno de Fujimori a la lucrativización del quehacer universitario, declarando que la actividad formativa universitaria SÍ TIENE FINES DE LUCRO, y dando amplia avenida para la proliferación de universidades particulares y filiales a todo lo largo y ancho del país, con efectos tremendamente perniciosos en la calidad de la formación universitaria como es por todos evidenciado.

Bifrontización de la ideología universitaria

La expansión desbordante de las actividades universitarias orientadas a conseguir los famosos “INGRESOS PROPIOS”, con una lectura absolutamente neoliberal, “mercantilista” y acrítica; sin una detenida y seria reflexión sobre sus derivaciones ideológicas y culturales en la universidad, en un medio totalmente ganado por la ideología neoliberal que naturaliza las relaciones sociales, fragmenta el tejido social e hiperindividualiza a las personas, ha conducido paulatinamente a la afirmación de la ideología mesocrática neoliberal en la institución universitaria, depositada y activa en el “habitus” de sus integrantes y directivos. La búsqueda de “ingresos propios” ha resultado, de esta manera, ser el Caballo de Troya para el ingreso subrepticio en el sentido común de las personas que pertenecen a la universidad, dándole la consistencia, la armonía y el color que necesita la economía de mercado y la sociedad molecularizada.

La reflexión seria y crítica de este proceso debió de provenir inicialmente del segmento social universitario críticamente comprometido con los vientos de cambio pero no fue así, por la sencilla razón de que, paralizado por la crisis macroparadigmática e incapaz de dar cuenta de los nuevos vientos que soplaban en el escenario del capitalismo tardío, no vislumbró las consecuencias ideológicas de esta intrusión aparentemente “objetiva” y neutral en términos axiológicos del “neoliberalismo material”, es decir del neoliberalismo de los recursos económicos y materiales.

La proyección ideológica del “compromiso social” en el “habitus” de los actores socioacadémicos de la universidad, todavía vigente y enraizado en esquemas formales, como es el caso, de la “proyección social universitaria”, la “gratuidad de la enseñanza”, el “tercio estudiantil”, la “libertad de cátedra”, etc. junto al nuevo discurso ideológico, el discurso neoliberal de los “servicios que se pagan”, la “universidad empresa”, la “autoevaluación y acreditación”, la “calidad en el desempeño institucional”, la “gerencia estratégica”, el “tercio superior”, entre otros, definen, en consecuencia, un ESTADO IDEOLÓGICO DE DUALIDAD, CONFLICTO Y ENFRENTAMIENTOS entre orientaciones ideopolíticas que resisten los oleajes de la “privatización real” y demandan la reinstauración de los principios de una “universidad pública”, en cierto modo amparados por la aún vigente Ley Universitaria 23733; y aquellas opciones que declaradamente encuentran en la “universidad empresa” el único modelo capaz de salvar a la universidad peruana de la crisis en la que se agota, que algunos, como Juan Carlos Tedesco, la han definido como una CRISIS DE SIGNIFICADO EN LO LABORAL, CIENTÍFICO, ACADÉMICO Y POLÍTICO.

Si LA IDEOLOGÍA HECHA SENTIDO COMÚN define prácticamente (en la vida cotidiana de las personas) el comportamiento de los actores sociales, su concepción de la realidad, su manera de ver y entender los problemas y la forma de resolverlos, los límites en las demandas sociales y sus proyecciones utópicas, entonces LA BIFRONTIZACIÓN IDEOLÓGICA DE LA UNIVERSIDAD, por las razones indicadas, en la medida en que no encuentre una definición y solución efectiva, ya sea desde la perspectiva de una “universidad social comprometida con el cambio”, o desde la perspectiva de una “universidad neoliberal moderna”, seguirá afectando el comportamiento de la institución universitaria dando lugar a una institución sin orientaciones claras, ideológicamente ecléctica, sin compromisos sociales, políticamente autista e inefectiva investigacionalmente.

Algunas ideas para la acción programática

La modernización neoliberal de la universidad, impuesta por el gobierno central o exigida por algunos segmentos neoliberalizados de la “sociedad civil”, no es en realidad un asunto muy complejo, y si ello no ha caminado no es tanto por la resistencia de los actores socioacadémicos debilitados, sino por las contradicciones y ausencia real de voluntad política del gobierno alanista que, a pesar de su programa “perrohortelanero” no ha podido, hasta el momento, impulsar una reforma universitaria bajo el signo pregonado por su reciente conversión ideológica. El cambio real y trascendente de la universidad no va, en consecuencia por allí, sino más bien por el lado de UNA VISIÓN SOCIOPOPULAR DE LA UNIVERSIDAD que rescate su sentido histórico y social más profundo, forjado en su desarrollo contradictorio pero enriquecedor, particularmente desde el Grito de Córdoba hacia delante.
Esta perspectiva que algunos han venido a denominar como “SEGUNDA REFORMA UNIVERSITARIA” O “REFUNDACIÓN DE LA UNIVERSIDAD”, está en la necesidad de abordar acuciantes temas en la esfera de la ideología antes que los propiamente técnicos y económicos. ¿Cuáles son estos temas y qué sentido tendría su abordaje?:

a) La política en la universidad: sus alcances y limitaciones, su trascendencia y capacidad para traspasar las “fronteras” o “linderos” de la permisividad oficial y sistémica, que no es la exhumación de la vieja política polarizada entre el inmovilismo táctico por el activismo estratégico de la izquierda tradicional, y el activismo táctico por el inmovilismo estratégico de la derecha tradicional.

b) El modelo de universidad que mejor se adecué o sirva para una “política crítica” contrahegemónica y que, en este sentido, refundamente el trastrocamiento radical institucional, imprimiendo nuevas estructuras, reglas de funcionamiento y pautas de acción a sus actores socioacadémicos.

c) El perfil corporativo de salida (ideal o básico) en la formación de los alumnos, con sentido trascendente y enmarcador del juego académico en las escuelas profesionales de toda la universidad.

d) Los contenidos de las estructuras curriculares afirmados en la construcción y asentamiento de una contrahegemonía cultural, ética y política en el país, con criticidad de alta calidad y alternativas viables.

e) La renovación de la didáctica universitaria que, de una didáctica “magistral” docentecéntrica, activa en el docente y pasiva en el alumno, se de cabida a una didáctica participativa cognitiva y afectiva, en el sentido de desarrollar la inteligencia pero también la dimensión axiológica de la persona, produciendo el deseo de aprender y activando, en ese sentido, los dispositivos subjetivos del aprendiz para el mejor y permanente aprendizaje autónomo del mismo.