martes, 10 de marzo de 2009

LOS SEGUIDORES DE FUJIMORI EN ESPERPÉNTICA CRUZADA

Publicado en el Diario Los Andes del 08/03/2009


Difícil no creer que el año que camina, 2009, es un año de emponzoñada crisis en nuestro país, consecuencia del carcinoma que erosiona subterráneamente el organismo envejecido del “capitalismo terminal”, del cual somos parte por múltiples arterias comunicantes; como también un año de aprestamientos electorales donde los cadáveres políticos comienzan a resucitar, envejecidas organizaciones limpian sus frenteras para parecer decentes, homúnculos políticos calculan excrementicias apostasías, y apresurados y trasudados vendedores de “cebo de culebra” empiezan a posicionarse en calles y plazas para cautivar incautos ciudadanos y sisarles firmas y votos.

No sorprende por ello que en este escenario mugre de carácter epilepsoide, los seguidores de Fujimori, siniestro personaje ad portas de una condena que todos los peruanos decentes esperamos con ansiedad, hayan comenzado a reptar por ciertos espacios de la geografía social en busca de un propósito: inscribir la candidatura de Keiko Sofía Fujimori para las elecciones del 2011.

Más allá de tamaño despropósito, que no lo negamos legalmente pero que lo cuestionamos moralmente, incluso si se tratara de una jugada para, desde el Congreso, torcerle el brazo al oficialismo alanista buscando una benigna pena al sátrapa de ojos rasgados, hay cosas que no se pueden dejar pasar así nomás, so pena de dejar que insulten miserablemente nuestra inteligencia.

¿Qué virtudes interesantes presenta la señora Keiko Fujimori para pretender el voto de los peruanos?, ¿qué ideas curiosas puede exhibir para resolver los problemas que nos afectan?, ¿qué aportes sugestivos, esta señora, viene ofreciendo en el terreno legislativo a donde ha sido elegida con la más alta votación nacional?, ¿de qué programa alardea?, ¿de qué méritos personales puede hablarnos esta, por lo general, silenciosa señora, salvo cuando de exculpar a su padre se trata?. En fin ¿cuáles son las credenciales personales y políticas de Keiko Fujimori para que los ciudadanos despertemos algún interés por su candidatura, salvo los de ser hija del sátrapa que, luego de su huida cobarde del país, renunció por fax; que tuvo la suerte de estudiar en alguna universidad del imperio con el dinero de todos los peruanos (345,881 dólares cuando su padre sólo percibía 2,000 soles mensuales, según propia declaración); y que, dentro de otras lindezas, se benefició con las blandezas y pusilanimidades de una administración judicial descorazonada que obró, con ella, con guantes de seda en asuntos como, por ejemplo, los de la ropa donada y de una ONG familiar trafa.

Si no hay nada real y razonable que ofrecer, entonces, ¿en dónde piensan, los adeptos de Fujimori, apoyar tamaña candidatura?. Sin mucho esfuerzo se puede intuir en lo siguiente:

- En la delgadez de la memoria colectiva generalmente olvidadiza, contemporizadora y perdonavidas, gracias a la cual Sánchez Cerro, con el correr de los años, resultó un nacionalista de polendas; Odría un incomparable gestor de la educación nacional; Prado el modernizador por excelencia de la vida nacional; Velasco el arquitecto socialista de la reforma peruana; y seguramente que, en este plan, varios de los primeros mandatarios que han precedido a los susodichos, terminarán brillando, en el imaginario popular, por virtudes de las que jamás las supimos ni menos nos imaginamos que las poseyeran. En una delgadez, indubitablemente cultivada por la ideología de los grupos de poder y la cultura chatarra que prohijan y alimentan, para arrebatarle al pueblo no sólo su cuerpo sino también su alma, con el abyecto propósito de hacer de la política el terreno fértil de mediocres lunáticos, metecos insufribles, desertores profesionales, mentirosos deshauciados, fronterizos incurables, alucinados caudillejos, ladrones compulsivos y apócrifos taumaturgos, que hieden y pululan en este mercado persa de la política peruana convertida, así, porque el régimen dominante de la plutocracia asentada en el país necesita de la desmemoria, sicológicamente hablando, como la palanca propiamente dicha del poder omnímodamente controlado por ella.

- En el acomodo, arribismo y participación de los grandes grupos económicos que controlan los medios de comunicación, puestos al servicio incondicional de la ideología dominante y que, en consecuencia, con un tupé repugnante, planifican, organizan y ejecutan toda una política de intoxicante desinformación, medias verdades (que en el fondo es lo mismo) y mentiras, para alimentar la desmemoria colectiva y metamorfosear a los nulos en competentes, a los cleptómanos en virtuosas palomas santas, a los eunucos en despachados hacedores de gente como, en su momento, a bellacos “padres de la patria” en cándidos sapientes, a los homicidas con uniforme en “generales victoriosos”, a los corruptos y viperinos asesores en funcionarios munificientes, y a los tiranuelos que creyeron vivir en una republiqueta bananera, en fastuosos defensores de la democracia, como el impresentable abogado Nakazaqui, defensor de la podredumbre y la indecencia en el país, pretende transmutar hoy, millonarios honorarios de por medio, a su defendido en una causa perdida: Fujimori.

- En la extremada debilidad de los colectivos políticos que, encerrados en un autismo pétreo, no atinan a manejar la coyuntura con inteligencia y pertinencia posibilitando, por este réprobo hecho, la existencia de una oposición política despabilada, desguazada y desatinada hasta para decirle a estos taimados creyentes en el evangelio de Fujimori, la verdad que el público necesita saber.

- En el cálculo torvo del oficialismo alanista que, ante su casi segura bancarrota política del 2011, puede avenirse a un intercambio de canonjias, dentro de otros, con las huestes sobrevivientes de Fujimori encabezadas por Keiko Fujimori pero realmente digitadas por el inculpado sátrapa desde la gayola donde se encuentra.


YEHUDE SIMON EN SU LABERINTO

Publicado en el Diario Los Andes del 01/03/2009


Yehude Simon acaba de botar un globo de ensayo: le gustaría un gran frente político, para el 2011, compuesto por el Apra, el Partido Humanista que representa él y la izquierda “responsable”, erizando casi de inmediato el cotarro político con especulaciones, distanciamientos y críticas, especialmente desde la variopinta orilla de la izquierda peruana, casi toda coincidente, por lo menos formalmente, en la idea de que ello es imposible míresele por donde se le mire.

El nada estulto Primer Ministro ha querido, seguramente, con esta aparentemente inoportuna pretensión medir el termómetro político tanto en la izquierda como en la derecha para, al final, ser más digerible a una derecha que, por estos tiempos, adolece de una muy seria sequía de cuadros políticos representativos. Y qué mejor un Yehude Simon que combina, aunque contradictoriamente, en su currículum vitae antecedentes de político radical, con el moderado pragmatismo de un administrador regional “eficiente” y, en su actual escenario, con su aupamiento al carro ideológico del alanismo converso que tan bien está disfrutando la derecha económica.

Lo más probable es que Yehude Simon haya anticipado la casi inmediata denegatoria de la izquierda a través de sus diferentes representantes, como, por ejemplo, Javier Diez Canseco, Rolando Breña, Susana Villarán y otros más para, por rebote, acicalarse más ante el auditorio silente, por lo menos hasta ahora, del Apra y más silente, todavía, de la derecha de “sangre azul” cansada de los reiterados descalabros de una Lourdes Flores enanizada ideológicamente ante la corpulencia del doctrinarismo “perro hortelánico” alanista y partiquinos. Busca el buen Simon en su laberinto, en otros términos, desencadenar un proceso correlacional directamente proporcional, como dicen los estadísticos: a más rechazo de la izquierda, más aceptación de la derecha, como si lo uno empujara a lo otro tan fácilmente en el terreno de la política peruana.

Sería ingenuo pensar que esta disparada marca Simon se haya producido sin la aceptación y posiblemente motivación de la “masa crítica” del bloque en el poder oficial. Esta no es la disparada burda y mentecata de los improvisados ministros que, regularmente, animan el chascarrillo y la jarana popular, sino la sesuda “muñeca” de carcamanes políticos orientada a preparar la retirada del poder garantizando presencias, de modo tal que, al final, todo quede casi igual y, de paso, lanzarle al mudo alcalde de Lima la advertencia de que el menú de candidatos puede estarse abarrotando sin su denominación en la nomenclatura.

Si por izquierda “responsable” o “madura” se ha referido, el Premier, a la izquierda aquella inclinada o más inclinada a las reglas de juego del poder dominante (reformista o “menchevique” en el catecismo de la izquierda maximalista), el “no quiero saber nada con eso” ha sido también, hasta el momento el espíritu dominante. Aunque sería bueno que se precisara mejor qué es lo que está entendiendo por “izquierda madura”: si es algo realmente existente o algo por construirse en términos de aceptación axiomática de las reglas de juego instituidas históricamente por el poder dominante, y si es así don Simon vuelve a las andadas del neoderechismo archiconocido sintetizado en la frase: “cambiar para que todo siga igual” que seguramente, en su época de andanzas ultrarradicales, que hoy sus arrepentimientos ex post intentan vanamente hacer pasar al olvido, cuestionó con singular energía.

Si la tentación del Primer Ministro por arrellanarse en el curul presidencial es de proporciones majestuosas, de alguna manera puesta en dicho durante su época de presidente regional y, como él mismo reconoce, en las reiteradas muestras de coqueta cercanía con el alanismo a quien no considera “el diablo” que asusta; las posibilidades de una candidatura “frentista” suya dependen de muchos factores que no están en sus manos controlar. Depende, por ejemplo, de cómo haga entender y comulgar con tamaña rueda de molino, a sus propias bases del movimiento humanista, su singular conversión al talmud alanista siguiendo el mal ejemplo del propio Alan; tiene mucho que ver con el propio juego alanista, imprevisible, atrabiliario y de hipertrófico discurso, cada vez más distanciado de la realidad monda y lironda que, en gran parte, no es el juego de la dirigencia subalterna y militancia aprista capitalina y provinciana, que ven con “sangre en el ojo” la mudanza de su jefe a los cuarteles de una derecha paleolítica sin trazas de sentido social y humanidad, en un contexto mundial y, más cercanamente latinoamericano, donde los vientos que discurren son más bien los del cambio profundo y de una izquierda renovada y fortalecida, que ha asumido el reto histórico de “cambiar para que todo no siga igual” en el marco de las propias reglas del sistema. Como, al final de cuentas, tiene mucho que ver con las presunciones, irresoluciones y temblores tempranamente seniles, de una neoderecha, como la que representa el archiliberal Carlos Tafur, dispuesta a arrimarse al árbol de mejor sombra que no es, precisamente, para este caso, la del bondadoso Simon.

Es de perogrullo que los caudillos nunca han podido endosar preferencias y votos a sus benjamines o aspirantes a benjamines, como, sin andar demasiado, ha sido el caso del chino siniestro, de ingrata recordación, en cuanto a representaciones subnacionales, y el propio caso de Alan García con candidaturas apristas diferentes a la suya. ¿Qué garantizaría, en consecuencia, un posible endose de votos a una candidatura simoniana de genealogía política diferente?. De una posible candidatura sin representación en un Parlamento que, aunque carcomido por una metástasis terminal, sirve todavía para el enjuague de tramoyas urdidas por el oficialismo y comparsas; sin una real articulación política nacional; y sin robustez en un ejecutivo controlado absolutamente por los partiquinos del alanismo. De una posible candidatura (la del señor Simon) convertida deplorablemente en caja de resonancia del caudillo, y bonachón apagaincendios resultados de esa fábrica de incendios en que se ha convertido el modelo neoliberal y sus pretendidas bondades que han concluido por aumentar más las adiposidades de la burguesía en el país, con colesterol y todo, y a disminuir las de los sectores populares hasta la escualidez más desesperante.

PETRO-TECH Y LO QUE SE ESCONDE

Publicado en el Diario Los Andes del 22/02/2009


LOS HECHOS

La empresa petrolera Petro-Tech, vinculada con el destape de los petroaudios, ha sido recientemente vendida a un consorcio constituído por dos petroleras estatales extranjeras: Ecopretol de Colombia y Korea National Oil Corporation (KNOC) de Corea; en una transacción financiera efectuada en EEUU y no en el Perú, gracias a un tremendo vacío en nuestra legislación, a pesar de tratarse de una empresa cuyas ganancias se producen en nuestro país. Sobre este vacío legal era algo que se sabía desde hacen muchos años atrás, puesto que lo mismo sucedió, como bien lo pone en evidencia Humberto Campodónico (LR, 14/2/2009) con Perenco-Barrett (lote petrolero), Zijin-Monterrico Metals (Majaz) y Cinalco-Perú Copper (Toromocho), que han costado al Perú, por este mismo hecho, muchos millones de dólares.

El Estado le alquila a Petro-Tech, desde el año 1993, 90 plataformas petroleras por la risible suma de US$ 10 millones anuales y 16% de regalías, en el marco de un desmedrado acuerdo para el país que este ni los anteriores gobiernos han intentado siquiera modificar, a pesar de que la susodicha empresa ha obtenido ingresos por US$359 millones solamente por la explotación del lote Z-2B durante el año 2008.

La oferta de compra, tal como lo establece la cláusula 17.1 del contrato, “tenía que ser evaluada y aceptada, por escrito, por Perupetro; y (que) cualquiera de estas transacciones tenía que hacerse en el territorio del Perú y bajo la ley peruana, debiendo ser aprobado por decreto supremo” (Carlos Herrera, Decano del Colegio de Ingenieros). Además según esta cláusula Petroperú, dentro de los 30 días posteriores a su notificación, “gozará de derecho preferencial para adquirir la participación a que se refiere dicha propuesta por el mismo precio y bajo los mismos términos y condiciones”.

LA CENSURA

a) Petro-Tech es ofertada en US$ 1,500 millones y vendida al final en US$ 900 millones, cuando el asunto de los petroaudios se encuentra en pleno proceso de investigación, en este caso, en cuanto al asunto de las empresas privadas que hacen espionaje industrial y chantajean a sus adversarios, como es lo que habría ocurrido con los directivos de la mencionada empresa.

b) El impuesto a las ganancias de capital (US$ 90 millones) serán pagados en EEUU, y no en el Perú como debería ser. En otros términos se venden los lotes petroleros peruanos y los pagos por tributos de la operación se van hacia las arcas norteamericanas, además de dejarse pasar la oportunidad de repotenciar Petroperú al no exigirse que, en atención a la legislación señalada, forme parte de la nueva sociedad petrolera, porque el gobierno no ha tenido la menor voluntad de cambiar el criterio de domicilio para todos los casos como el de Petro-Tech por el criterio del domicilio de la actividad económica que se realiza.

c) El año 2000 se designó a un funcionario de Petro-Tech, Rafael Samaniego, como presidente de Perúpetro, violándose el art. 161 de la ley 26887 (Ley de Sociedades) que establece como impedimento para ser director el hecho de ser administrador, representante legal o apoderado de empresas con las que el Perú tuviera litigio. Este personaje, como no podía ser de otro modo, favoreció a su empresa en el litigio sobre la retribución que esta debiera recibir, direccionando el laudo arbitral claramente, según lo denunció oportunamente la Contraloría, a favor de Petro-Tech, pero de una forma equivocada decidiendo discrecionalmente, “por encima de las reglas, quienes pueden incursionar en el negocio – y quienes no- en función de sus simpatías personales o beneficio particular…denotando que “si bien existen reglas relativamente claras para la inversión, en el Perú el capitalismo realmente existente se cocina de otro modo y se decide en otros ambientes –suites de hotel, salones palaciegos, etcétera- que no son, en todo caso, los de la competencia en el mercado (Álvarez Rodrich, Augusto, LR 15/2/2009) .

d) El Presidente García y su equipo gubernamental tienen la intención de deshacerse de Petroperú como de toda otra empresa del Estado, para entregarla a la explotación del capital internacional. Lo nacional, así, le interesa menos que un comino.

LA EXPLICACIÓN


- Este gobierno, como los anteriores, carece de un absoluto sentido y espíritu nacional porque ante la alternativa de optar o por los grupos de poder o por las clases subalternas, ha optado por los grupos de poder, traduciendo esta opción en su programa neoliberal del “perro del hortelano” cuya argumentación central sigue la idea de que el Estado sólo puede desenvolver una actividad subsidiaria, es decir invertir sólo allí donde los privados no lo puedan hacer, además de su idea pretexto de que las empresas públicas son ineficientes por sí mismas.

- El problema, en consecuencia, vuelve a discurrir por el tema de las clases sociales en el Perú y, en particular, de la clase dominante nacional: ¿existe o no una burguesía nacional a la cual representar?, y si existe ¿dónde está y cuáles son sus características y posibilidades de acción transformativa nacional? Los grupos anteriormente considerados como de burguesía nacional, tradicionales y emergentes, han quebrado y/o vendido en una buena parte (Arias, Bentín, Lanata, Nicolini, Picasso, Wiesse, Lucioni, Galski y Wong) y, los que no, han sido asimilados por la gran burguesía internacional o desplazados a lugares secundarios (Parker, Levy, Ferreyros, Olaechea, Piazza, Raffo, Wu). En consecuencia “se hallan en posiciones de fuerza sólo tres de los viejos grupos grandes y dos emergentes. Los primeros son Benavides de la Quintana, Brescia y Romero –grupo Credicorp y Alicorp-; y los emergentes son dos grupos provincianos: el arequipeño Rodríguez –corporación Gloria- y el ayacuchano Añaños –Ajegrup-. Probablemente habría que agregar al grupo textil Topi Top en la lista de emergentes aunque recién está en vías de consolidación. El nuevo poder económico es entonces menos nacional, más corporativo y está más concentrado” (Francisco Durand, Las nuevas élites del poder: sueños económicos y pesadillas políticas. En:Perú en el Siglo XXI, 2008). No existe, por ende, una burguesía nacional capaz de motorizar un proyecto nacional de acumulación económica endógena, de desarrollo del mercado interior, de descentralización económica del país y de afirmación de un Estado nacional soberano y democrático. Lo que existe, en todo caso, es una “burguesía en la nación” o “burguesía en el país” representada por el gran capital internacional posesionado en áreas claves de los recursos y la economía nacional, que opera con una lógica absolutamente extravertida, desnacionalizadota y antidemocrática.

- En estas condiciones el Estado es presionado desde afuera y copado desde adentro por estos grandes intereses (poderes económicos fácticos) que actúan en el terreno de la ideología y la política mediante “salvaguardas” teóricas (teoría neoliberal, competitividad) encaminadas a evitar que se modifique el modelo económico neoliberal; y en el campo de la economía a través de sus funcionarios que copan los puestos claves del Ejecutivo como es el caso del Ministerio de economía y Finanzas, o gestores (lobbistas) como Rómulo León y Alberto Quimper que fácilmente se trasladas del campo de la legalidad al de la ilegalidad, en el marco de un sistema permitido, en la práctica, por el sistema vigente y el poder instituido.

- En consecuencia, el Estado de esta época ha sido desguasado, debilitado y privatizado exprofesamente para extender el poder y la fuerza especialmente del gran capital internacional en nuestro país. “En los dos últimos años de este gobierno, la participación del gasto público (consumo e inversión) en el crecimiento de la demanda interna fue de sólo 13%; el 87% restante le correspondió al gasto privado en consumo e inversión. De la tasa de crecimiento promedio de 8.6% anual, sólo 1.4 puntos le correspondió al total del gasto público” (Félix Jiménez, LR del 172/2009). Por lo tanto, toda la podredumbre destapada en relación a los petroaudios, donde Petro-Tech tiene mucho que ver, y la retirada de sus accionistas principales comprometido en el asunto, en pleno proceso de investigación, sin dar cuenta al Estado, así como el silencio cómplice de quienes nos gobiernan en estos momentos, no son sino la más triste manifestación de la racionalidad y cultura dominantes impuestas mediáticamente al pueblo peruano.

DE TEORÍA Y TEORÍAS: UNA PUNTUALIZACIÓN NECESARIA

Publicado en el Diario Los Andes del 15/02/2009

La crisis actual de las denominadas metanarraciones o grandes proyectos históricos de la humanidad (tradicionalismo, liberalismo, anarquismo, marxismo, humanismo, etc.), ha dado lugar al brotamiento de preproyectos que, expresiones o representaciones de clases o grupos sociales tradicionalmente marginados y subordinados, intentan erigirse en una nueva substancialidad universalista mediante la apelación, entre otros, a la confrontación y descalificación apresurada de proyectos anteriores como es, sin ir muy lejos, la Teoría Crítica desde la perspectiva marxista o Filosofía de la Praxis.

El relativamente fácil expediente de medrar y pretender audiencia a costa del descrédito del otro, recordemos, es la manera habitual de proceder en el terreno del sentido común y la inteligencia corta e infecunda. Mucho de la polémica ideológica y política del Siglo XX en los escenarios de la actividad práctica se ha desenvuelto, desgraciadamente, bajo esta nada inteligente ni ética forma de proceder que más que demostrar supuestas falsedades en los argumentos contrarios, demuestra la pobreza teórica de los propios.

Se trató, en todo caso, de un estilo perverso de deliberación, debate y convencimiento, bueno para el formalismo hueco y emocional de la coyuntura, pero no para la edificación seria y coherente de nuevas teorías y enfoques que den cuenta de la realidad y de sus posibilidades transformativas. De un estilo que fluye desmañadamente, como se puede evidenciar, por todos los resquicios neuronales de los análisis e interpretaciones, que se desviven por construir ciertos nuevos “gurús” del autodenominado indigenismo latinoamericano.

A todo lo largo del surgimiento y desarrollo de la Teoría Crítica, desde el Siglo XIX hacia delante, han aparecido, como ahora, “sepultureros” y notificantes del óbito del pensamiento marxista, o, en todo caso, de su agonía final y pronta desaparición; sin que nada de ello ocurriera realmente. Uno de los anuncios (reprimidos deseos, esperanzas deslumbrantes) fue el que hiciera Francis Fukuyama, con su desacertada tesis del “fin de la historia” con tan ridículo desenlace años después; semejantemente al de muchos anunciantes que brotaron como hongos luego de la caída del “muro de Berlín” y el “socialismo real”; y más recientemente, como acabamos de decir, un rancio indigenismo atrabiliario deseoso de tomar la posta de los fracasados incineradores anteriores de la Teoría Crítica.

¿Por qué, entonces, esta capacidad regenerativa y sobrevivencial de la Teoría Crítica marxista?. Algunas de las razones son las siguientes:

a) El pensamiento marxista constituye, en su dimensión científica, la única teoría demostrada que ha logrado eviscerar minuciosamente al sistema capitalista y colocar en la mesa de la examinación pública la lógica de funcionamiento y las leyes que presiden el origen, naturaleza y fin del mismo. Empeño en el cual han fracasado todas las teorías o pseudo teorías burguesas subsumidas, desde su inicio, en la ideología oficial prevaleciente.

b) La opción del pensamiento marxista por los desposeídos, marginados y excluidos del mundo que, a no dudarlo, constituyen las clases y grupos humanos del campo y la ciudad, explotados y sobreexplotados de la sociedad moderna capitalista y su periferia subdesarrollada; opción basada en el conocimiento sistemático y científico de la estructura social y del poder, y en la ética del compromiso social y político con las clases subalternas.

c) La permanente asunción teórica de las particularidades que, el capitalismo en todas sus fases, ha venido presentando en el trayecto de su historia, como ahora, en su fase “tardía”, que está mereciendo una multiplicidad de ingresos analíticos al problema de la crisis de la crisis financiera y productiva del mismo.

Si bien es cierto que la Teoría Crítica tiene como su cuna de origen al mundo europeo capitalista en el Siglo XIX, por causas que la investigación y el pensamiento social han puesto al trasluz abundantemente, sería irresponsable intentar desprender de ello la peregrina idea de que su validez es sólo posible en ese mundo europeo moderno; por las siguientes consideraciones importantes:

- Al ser la ciencia, por su propia naturaleza, universal y potencialmente universable más allá de atavismos y geografismos sincrónicos, la Teoría Crítica en su dimensión científica posee la legalidad de todo conocimiento científico para buscar su reconocimiento académico junto a otras teorías y paradigmas como, por ejemplo, el paradigma organicista e individualista que operan desde las vertientes del sistema vigente.
v Los sujetos sociales que, por su ubicación en la trama relacional socioeconómica como “hombres masa”, al necesitar de una teoría para trascender el sombrío mundo de la economía hacia el mundo de la libertad (ciudadanía consciente y autorregulada), encuentra en la Teoría Crítica el mejor, y posiblemente único, instrumento conceptual para desenvolver su actividad cognoscitiva crítica y su praxis para la modificación real de sus condiciones de vida. Estos sujetos, en la época del capitalismo tardío se han pluralizado pero no han desaparecido, a pesar de las múltiples transformaciones que viene experimentando la sociedad capitalista por efectos de la globalización, la postmodernidad y el neoliberalismo.

- Es la mejor teoría sistemática y coherente capaz de interpretar y reinterpretar al sistema capitalista desde las coordenadas intelectuales que operan “sobre” el sistema y no “en” el sistema. De allí que su preocupación no juega por el lado de la mirada “normalizadora”, liberal o tradicional de las clases gobernantes y sus intelectuales orgánicos sino, más bien, de la mirada de la “sospecha” que no se traga las ruedas de molino ideológicas, con las que el cotarro neoliberal se desvive por hacer comulgar a la masa de desprevenidos hombres y mujeres de la sociedad civil.

Siendo así, la pretensión del liberalismo ultramontano y del indigenismo tradicionalista ultraconservador, diferente del indigenismo crítico moderno, democrático y emancipador, abierto al diálogo intercultural, no vendría a ser otra que la de privar a los sujetos sociales y sus colectividades, de la oportunidad y del derecho a optar por su transformación, como decía Gramsci, de “hombres masa corporativos” y moleculares, en “hombres libres, críticos y emancipados”, capaces de alterar estratégicamente sus condiciones de vida para transformarse, así, ellos mismos.

¿Lo señalado puede ser un fenómeno de “colonización mental y política”, como errada y perversamente ambiciona hacer creer, también, el neoliberalismo e indigenismo substancialistas? Todo indica que no.

La colonización y el colonialismo son conceptos que proyectan la idea de un centro dominante y de una periferia dominada, como es algo que de hecho se ha dado y supervive, de alguna manera, en las relaciones asimétricas impuestas por el capitalismo en su proceso de expansión mundial. En el campo dela cultura y las ideas, esto mismo funcionó, con sus peculiaridades en todos aquellos espacios donde las instituciones del poder dominante se proyectaron hacia las clases subalternas con la predeterminada intención de cooptar el cerebro de la alteridad dominada y consolidar, así, la dominación instituida como “derecho” de los vencedores sobre los “vencidos”. Consiguientemente la colonización no es sinónimo de “descentramiento”, de salir fuera de sí y mirar la otredad, como de mirarse a sí mismo mirando a la otredad; porque si fuera así terminaríamos mirándonos sólo a nosotros mismos que es como no mirarnos, o un imposible social porque el ser humano, en su configuración antropológica, no puede dejar de ser social, en una sociabilidad no determinada por la geografía , los atavismos, ni la cacofonía de los diferencianismos absolutos, sino por la naturaleza humana universal.

La colonización ideológica, en todo caso, sólo puede ser tal si es que la epistemología abierta y de líneas múltiples, es reemplazada por el dogmatismo fundamentalista, que oprime el cerebro de los demás con las tablillas conceptuales alucinantes de un pensamiento único instituido autoritaria y despóticamente con el catecismo “civilizador al revés”, de una doctrina que sólo se descubre y no se construye. En cuyo caso resultan siendo colonizadores tanto el pensamiento fosilizado de un pseudo marxismo mecanicista y manualista, al estilo del “marxismo” de Lora Can, como de un neoliberalismo doctrinal y cerril, y un indigenismo pasadista y conservador en todos sus extremos.