martes, 10 de marzo de 2009

LOS SEGUIDORES DE FUJIMORI EN ESPERPÉNTICA CRUZADA

Publicado en el Diario Los Andes del 08/03/2009


Difícil no creer que el año que camina, 2009, es un año de emponzoñada crisis en nuestro país, consecuencia del carcinoma que erosiona subterráneamente el organismo envejecido del “capitalismo terminal”, del cual somos parte por múltiples arterias comunicantes; como también un año de aprestamientos electorales donde los cadáveres políticos comienzan a resucitar, envejecidas organizaciones limpian sus frenteras para parecer decentes, homúnculos políticos calculan excrementicias apostasías, y apresurados y trasudados vendedores de “cebo de culebra” empiezan a posicionarse en calles y plazas para cautivar incautos ciudadanos y sisarles firmas y votos.

No sorprende por ello que en este escenario mugre de carácter epilepsoide, los seguidores de Fujimori, siniestro personaje ad portas de una condena que todos los peruanos decentes esperamos con ansiedad, hayan comenzado a reptar por ciertos espacios de la geografía social en busca de un propósito: inscribir la candidatura de Keiko Sofía Fujimori para las elecciones del 2011.

Más allá de tamaño despropósito, que no lo negamos legalmente pero que lo cuestionamos moralmente, incluso si se tratara de una jugada para, desde el Congreso, torcerle el brazo al oficialismo alanista buscando una benigna pena al sátrapa de ojos rasgados, hay cosas que no se pueden dejar pasar así nomás, so pena de dejar que insulten miserablemente nuestra inteligencia.

¿Qué virtudes interesantes presenta la señora Keiko Fujimori para pretender el voto de los peruanos?, ¿qué ideas curiosas puede exhibir para resolver los problemas que nos afectan?, ¿qué aportes sugestivos, esta señora, viene ofreciendo en el terreno legislativo a donde ha sido elegida con la más alta votación nacional?, ¿de qué programa alardea?, ¿de qué méritos personales puede hablarnos esta, por lo general, silenciosa señora, salvo cuando de exculpar a su padre se trata?. En fin ¿cuáles son las credenciales personales y políticas de Keiko Fujimori para que los ciudadanos despertemos algún interés por su candidatura, salvo los de ser hija del sátrapa que, luego de su huida cobarde del país, renunció por fax; que tuvo la suerte de estudiar en alguna universidad del imperio con el dinero de todos los peruanos (345,881 dólares cuando su padre sólo percibía 2,000 soles mensuales, según propia declaración); y que, dentro de otras lindezas, se benefició con las blandezas y pusilanimidades de una administración judicial descorazonada que obró, con ella, con guantes de seda en asuntos como, por ejemplo, los de la ropa donada y de una ONG familiar trafa.

Si no hay nada real y razonable que ofrecer, entonces, ¿en dónde piensan, los adeptos de Fujimori, apoyar tamaña candidatura?. Sin mucho esfuerzo se puede intuir en lo siguiente:

- En la delgadez de la memoria colectiva generalmente olvidadiza, contemporizadora y perdonavidas, gracias a la cual Sánchez Cerro, con el correr de los años, resultó un nacionalista de polendas; Odría un incomparable gestor de la educación nacional; Prado el modernizador por excelencia de la vida nacional; Velasco el arquitecto socialista de la reforma peruana; y seguramente que, en este plan, varios de los primeros mandatarios que han precedido a los susodichos, terminarán brillando, en el imaginario popular, por virtudes de las que jamás las supimos ni menos nos imaginamos que las poseyeran. En una delgadez, indubitablemente cultivada por la ideología de los grupos de poder y la cultura chatarra que prohijan y alimentan, para arrebatarle al pueblo no sólo su cuerpo sino también su alma, con el abyecto propósito de hacer de la política el terreno fértil de mediocres lunáticos, metecos insufribles, desertores profesionales, mentirosos deshauciados, fronterizos incurables, alucinados caudillejos, ladrones compulsivos y apócrifos taumaturgos, que hieden y pululan en este mercado persa de la política peruana convertida, así, porque el régimen dominante de la plutocracia asentada en el país necesita de la desmemoria, sicológicamente hablando, como la palanca propiamente dicha del poder omnímodamente controlado por ella.

- En el acomodo, arribismo y participación de los grandes grupos económicos que controlan los medios de comunicación, puestos al servicio incondicional de la ideología dominante y que, en consecuencia, con un tupé repugnante, planifican, organizan y ejecutan toda una política de intoxicante desinformación, medias verdades (que en el fondo es lo mismo) y mentiras, para alimentar la desmemoria colectiva y metamorfosear a los nulos en competentes, a los cleptómanos en virtuosas palomas santas, a los eunucos en despachados hacedores de gente como, en su momento, a bellacos “padres de la patria” en cándidos sapientes, a los homicidas con uniforme en “generales victoriosos”, a los corruptos y viperinos asesores en funcionarios munificientes, y a los tiranuelos que creyeron vivir en una republiqueta bananera, en fastuosos defensores de la democracia, como el impresentable abogado Nakazaqui, defensor de la podredumbre y la indecencia en el país, pretende transmutar hoy, millonarios honorarios de por medio, a su defendido en una causa perdida: Fujimori.

- En la extremada debilidad de los colectivos políticos que, encerrados en un autismo pétreo, no atinan a manejar la coyuntura con inteligencia y pertinencia posibilitando, por este réprobo hecho, la existencia de una oposición política despabilada, desguazada y desatinada hasta para decirle a estos taimados creyentes en el evangelio de Fujimori, la verdad que el público necesita saber.

- En el cálculo torvo del oficialismo alanista que, ante su casi segura bancarrota política del 2011, puede avenirse a un intercambio de canonjias, dentro de otros, con las huestes sobrevivientes de Fujimori encabezadas por Keiko Fujimori pero realmente digitadas por el inculpado sátrapa desde la gayola donde se encuentra.


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