EPISTEMOLOGÍA INTERCULTURAL Y CURRÍCULO UNIVERSITARIO
La construcción de un currículo académico intercultural en la universidad es un desafío importante y complejo que conduce inexorablemente al tema de las asignaturas y del conocimiento científico; es decir a lo que se entiende o debe entenderse como epistemología pero no de cualquier epistemología occidental sino de una epistemología intercultural. De una epistemología que condense críticamente los aportes de las diferentes sociedades y culturas que interactúan en el Perú (hispana y andino-amazónica), es decir los aportes tanto del perspectivismo andino-amazónico como de la concepción científica moderna proveniente del mundo occidental. Dos concepciones cualitativamente diferentes de la relación hombre-naturaleza como distintas en la concepción del hombre y del ser, pero que pueden dialogar y aprender unas de las otras para enriquecerse mutuamente y apostar por un proyecto común de vida y desarrollo del país. Posibilidad indudablemente negada por el fundamentalismo mentecato y provinciano encapsulado en las ideas arqueologizadas de una cultura centrada en sí misma.
Un fundamento ontológico para esta posibilidad epistemológica radica en que “la razón constituye una capacidad humana que es independiente del contexto cultural o del sistema de racionalidad dentro del cual se encuentre situado el ser humano” ( Sandoval Salazar); es decir que por la sola condición de ser humano que tenemos todos los humanos, la razón es universal a todos los seres humanos y, por ende, la posibilidad real de entendernos y de aprender unos de otros aunque ese aprendizaje se manifieste en diferentes racionalidades. Las sociedades se diferencian no por la razón sino por la racionalidad desarrollada en cada colectividad humana a partir de sus propias vivencialidades individuales y colectivas.
En consecuencia la perspectiva intercultural en la academia y el currículo tiene que hacer dialogar el concepto de animalidad con el concepto de humanidad, lo analógico con lo analítico, el principio de la metamorfosis y de la analogía con el principio del análisis y de la no contradicción, dentro de otros componentes y sistemas culturales diferentes y contrapuestos.
¿Por qué el asunto de la epistemología es importante en el diseño curricular intercultural?, porque la interculturalidad curricular no comienza ni concluye simplemente con la adición de asignaturas referentes a la interculturalidad o a la cultura originaria andino-amazonense, como creen algunos, sino cardinalmente cuando se ingresa al tratamiento de los contenidos cognoscitivos y las aptitudes (habilidades intelectivas y procedimentales) de cada componente curricular (asignaturas, seminarios, talleres). Los contenidos curriculares, siendo así, tienen que ser necesariamente interculturales porque de lo contrario la interculturalidad no pasará de ser una realidad epidérmica y posiblemente la realidad de un interculturalismo funcional que sirve y actúa en interés del paradigma cultural dominante criollo-mestizo eurocéntrico.
Hay que empezar, en consecuencia, poniendo en el candelero de la crítica el concepto de epistemología que proviene de las canteras del pensamiento occidental que es, por su origen, un concepto referido exclusivamente a la ciencia (“episteme”). De allí su entendimiento como “teoría de la ciencia” o “rama de la filosofía que estudia la ciencia”, dejando fuera de su campo visual todo aquello no asumido como ciencia (pensamiento tradicional) que es catalogado por el positivismo occidental como “protociencia” o simplemente “no ciencia”.
En un enfoque intercultural la epistemología por el contrario debe tener otro punto de partida, más amplio como el que nos plantea León Olivé que considera a la epistemología “como la disciplina que analiza críticamente las prácticas cognitivas, es decir, aquellas mediante las cuales se genera, se aplica y se evalúan diferentes formas de conocimiento” (p: 2), asumiéndose que existe una gran diversidad de formas de producción de conocimiento por lo que “los pueblos indígenas pueden aportarnos la herencia de los sabios indígenas que nos ayudan a comprender los valores en relación a los hechos, ellos son una dimensión espiritual e ideológica de la acción humana particular” (Ricardo Salas Astrain, p: 4)
Normativamente hablando se trata, entonces, de abrirse a un diálogo cognoscitivo intercultural, poniendo en tela de juicio las propias condiciones materiales, sociales, culturales, políticas) para el diálogo, que posibilite una relación inter-traducional (de traducir) que permita un inter-reconocimiento, entre los actores del diálogo, desde sus propios parámetros lingüísticos y culturales. Este diálogo debe comprender, igualmente, la exploración y el reconocimiento de lo fácticamente interculturalizado en los siglos de relación principalmente asimétrica que tienen las culturas hispana dominante con las culturas andino amazónicas dominadas, porque en este terreno existen muchas apropiaciones y reapropiaciones, en términos de conocimiento y praxis, sucedidas en todos los espacios de convivencia y conflictividad sociocultural.
La epistemología o las epistemologías vienen a ser el sedimento, los principios activos y ordenadores no tematizados necesariamente, las condiciones encubiertas que hacen posible que los saberes se organicen en el mundo social y constituyan el aprendizaje, la investigación y el conocimiento de una determinada manera en un momento histórico y un lugar determinado.
En esta manera de ver la realidad, entonces, la propuesta de interculturalidad cognoscitiva académica y científica debe ser entendida, en el proceso de construcción curricular, como la radicalización del conocimiento contextual, es decir de aquel conocimiento que obra en la cultura de los pueblos andino amazónicos, buscando su presencia protagónica en el terreno de la academia como fuente imprescindible para el conocimiento y la praxis humana desde una mirada intercultural. Se trata, mejor dicho, de visibilizar académica y científicamente el saber “ancestral” como otro saber importante para el conocimiento y la transformación de la realidad y, en este sentido, para la formación de los estudiantes universitarios. Hay que escribir una nueva historia de la ciencia y del saber en el Perú desde la perspectiva intercultural, y en ello tienen mucha responsabilidad las universidades, especialmente universidades como la Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía y otras semejantes. La interculturalidad curricular es, más que un conocimiento y una técnica, una actitud que no está reñida con el tener un punto cultural de inicio como es el de la cultura “mestiza” o de las culturas andino-amazónicas.
Finalmente, la interculturalización de los componentes cognoscitivos en el diseño curricular debe tratar, teórica y prácticamente, con varias posibilidades que deben ser asumidas con creatividad e inteligencia por los diseñadores del currículo intercultural:
a) La convivencia pasiva (inefectiva, intrascendente) entre componentes cognoscitivos de las culturas diferentes.
b) La interactuación crítica y positiva entre componentes cognoscitivos de las culturas diferentes.
c) La asimilación y apropiación, por parte de una cultura, de componentes cognoscitivos de la otra cultura diferente.
d) La confrontación radical entre componentes cognoscitivos de las culturas diferentes.
CLAVES BIBLIOGRÁFICAS
Olivé León, Por una auténtica interculturalidad basada en el reconocimiento de la pluralidad epistemológica.
Sandoval Salazar, Ricardo, Sociedad del conocimiento, razón y multiculturalismo. Una mirada desde el pluralismo epistemológico
Tubino, Fidel, El nivel epistémico de los conflictos interculturales.
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