lunes, 21 de julio de 2008

EL MODELO ECONÓMICO: LA OTRA LÓGICA


Con motivo del paro del 9 de julio nuevamente se ha presentado, antes y después del mismo, la demanda desde la derecha económica y política del país hacia los sectores populares y sus representantes, por un MODELO ECONÓMICO ALTERNATIVO, como una forma de “demostrar” que las clases gobernadas carecen de alternativas frente a “un modelo económico que ha tenido y tiene éxito, aún en países que han salido de la órbita socialista y que han crecido, sacando de la pobreza a millones de personas” (Urbiola, p: 11).

Una demanda de esta naturaleza, desde la derecha política hacia la izquierda y los sectores populares encierra, a mi modesto entender, una trampa ideológica con claros propósitos políticos: polarizar el debate entre discursos doctrinales contrapuestos uno capitalista y el otro socialista, con la finalidad de acentuar el aislamiento ideológico de la izquierda y precarizar su relación con las clases populares; desde el momento en que lo que está en juego, en las actuales circunstancias históricas del país, no es la posibilidad real y efectiva de construir un modelo socialista en alternativa al modelo de capitalismo periférico, subdesarrollado y dependiente que el actual gobierno alanista pretende profundizar en el marco de su pensamiento “guía” denominado como “el perro del hortelano”. Y no lo está porque esta alternativa estratégica, en la posibilidad de su realización, tiene que ver con los asuntos y juegos del poder y la hegemonía ideológica, política, cultural y moral en el terreno de la “sociedad civil” hoy en manos de las clases propietarias. En razón a lo que, reclamar un “modelo” alternativo doctrinal, en estos momentos, a la izquierda y los sectores populares del país que busca representar, es producto de una maniobra política de la derecha que, ante la vista del magma social, se corre hacia delante para buscar una polarización ideológica y doctrinal entre izquierda y derecha, obviando sus propias responsabilidades en la aplicación de un modelo económico neoliberal que hace agua por todos los lados y que, en el propio escenario capitalista, comienza a tener serios reparos.

Consiguientemente la propuesta alternativa, desde el campo popular, al neoliberalismo “real” que sufrimos los peruanos, no podría transitar desde la abstracción de algún supuesto modelo socialista o como se llame, hacia la realidad concreta y cotidiana de la población peruana, sino desde las propias coordenadas del modelo neoliberal burgués, o cualquiera de sus versiones posteriores, que los peruanos de carne y hueso experimentamos. Y si a ello queremos darle el nombre de “modelo” , entonces estamos pensando en un modelo más bien popular emergente que se construye a partir de las necesidades, expectativas y demandas de las clases populares traducidas en sus pliegos de reclamos, movilizaciones y paros, como el reciente del 9 de julio o eventos populares en marcha. De demandas y expectativas que colisionan y rebasan en la práctica al “modelo” de la derecha económica y política que actúa en el Perú, y que en este rebasamiento van perfilando, por lo menos en sus trazos generales, la propuesta alternativa popular que la derecha, en ciertas circunstancias del desenvolvimiento social, requiere a los representantes del campo popular.

El carácter “emergente” de esta propuesta permite varias cuestiones importantes:

(a) La articulación de las necesidades y demandas populares actuales en una síntesis racional, fundamentada en la práctica social bullente, que le inyecte sentido y viabilidad a las alternativas. Tarea en la cual el papel de la “intelectualidad orgánica” del país resulta de enorme importancia ahora más que nunca.
(b) La pragmatización de las alternativas en y desde el marco del modelo económico y político de la derecha y el Estado que la representa.
(c) La construcción de una alternativa global “en caliente” porque es fruto de la voluntad activa de las clases populares.

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(.) Urbiola H., Oscar, ¿Cambio de modelo económico...por cuál?. En La República 14/7/2008.

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